ARTE CONTEMPORANEO EN LATINO AMERICA
A través de la
integración de arquitectura, escultura, pintura y artes decorativas, los
actuales pueblos latinoamericanos, desde los tiempos prehispánicos, se
preocuparon por hacer un arte ambiental que consiguiese comunicar un
efecto monumental. Tras la conquista española, esta tendencia se
minimizó, hasta que de nuevo se hizo incuestionable, especialmente a
partir de 1950.
Entre los ejemplos más espectaculares se hallan las universidades de
México y Caracas y la ciudad de Brasilia (la nueva capital de Brasil),
un primer símbolo del espíritu fidedigno del arte y arquitectura
contemporáneas en Latinoamérica. México emerge como centro del mundo
artístico latinoamericano en la primera mitad del siglo XX. Entre sus
múltiples expresiones artísticas merecen una mención especial los
muralistas Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros,
en una línea figurativa y didáctica que difunde una aseveración cultural
nacionalista y unas manifestaciones políticas revolucionarias.
Con posterioridad a 1945 los artistas se manifestaron más interesados
por los estilos de la vanguardia internacional que por un mantenimiento
de los estilos característicos de la nación, como muestra la obra
pionera del uruguayo Joaquín Torres García (Compolugarn symétrique
universelle en blanc et noir, 1931, Malba, Colección Costantini).
Numerosos artistas se sintieron atraídos por Nueva York o París, como
los venezolanos Marisol Escobar y Jesús Rafael Soto, destacado ejemplo
del arte cinético. La pintura y la escultura latinoamericanas del siglo
XX se han caracterizado por un continuo coloquio entre lo figurativo y
lo abstracto, lo nacional y lo internacional. En los últimos tiempos, el
arte latinoamericano ha conseguido una proyección internacional
espectacular, como exhiben los triunfos comerciales del mexicano Rufino
Tamayo, el chileno Roberto Matta Echaurren o el colombiano Fernando
Botero (Los viudos, 1968, Malba, Colección Costantini).
El artista chileno Roberto Matta es uno de los pintores más prominentes
de su país por sus contactos con los mundos artísticos parisino y
neoyorquino. Su obra suele incluirse dentro de la corriente surrealista,
aunque igualmente hizo incursiones en el arte abstracto.
Fuente original: Escuelapedia.com
El arte latinoamericano es diferente al resto de los países; su
esencia no se basa ni se centra en las corrientes artísticas mundiales,
más bien, tiene su propio flujo y camino. El curador del Museo de Arte
Moderno de Nueva York, Luis Pérez-Oramas asegura que deberíamos
considerar llamar al arte contemporáneo latinoamericano de una forma
distinta a alternativo, pues se convierte en la fascinación europea de
siempre.Fuente original: Escuelapedia.com
A través de la
integración de arquitectura, escultura, pintura y artes decorativas, los
actuales pueblos latinoamericanos, desde los tiempos prehispánicos, se
preocuparon por hacer un arte ambiental que consiguiese comunicar un
efecto monumental. Tras la conquista española, esta tendencia se
minimizó, hasta que de nuevo se hizo incuestionable, especialmente a
partir de 1950.
Entre los ejemplos más espectaculares se hallan las universidades de
México y Caracas y la ciudad de Brasilia (la nueva capital de Brasil),
un primer símbolo del espíritu fidedigno del arte y arquitectura
contemporáneas en Latinoamérica. México emerge como centro del mundo
artístico latinoamericano en la primera mitad del siglo XX. Entre sus
múltiples expresiones artísticas merecen una mención especial los
muralistas Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros,
en una línea figurativa y didáctica que difunde una aseveración cultural
nacionalista y unas manifestaciones políticas revolucionarias.
Con posterioridad a 1945 los artistas se manifestaron más interesados
por los estilos de la vanguardia internacional que por un mantenimiento
de los estilos característicos de la nación, como muestra la obra
pionera del uruguayo Joaquín Torres García (Compolugarn symétrique
universelle en blanc et noir, 1931, Malba, Colección Costantini).
Numerosos artistas se sintieron atraídos por Nueva York o París, como
los venezolanos Marisol Escobar y Jesús Rafael Soto, destacado ejemplo
del arte cinético. La pintura y la escultura latinoamericanas del siglo
XX se han caracterizado por un continuo coloquio entre lo figurativo y
lo abstracto, lo nacional y lo internacional. En los últimos tiempos, el
arte latinoamericano ha conseguido una proyección internacional
espectacular, como exhiben los triunfos comerciales del mexicano Rufino
Tamayo, el chileno Roberto Matta Echaurren o el colombiano Fernando
Botero (Los viudos, 1968, Malba, Colección Costantini).
El artista chileno Roberto Matta es uno de los pintores más prominentes
de su país por sus contactos con los mundos artísticos parisino y
neoyorquino. Su obra suele incluirse dentro de la corriente surrealista,
aunque igualmente hizo incursiones en el arte abstracto.
Fuente original: Escuelapedia.com
Fuente original: Escuelapedia.com
A través de la
integración de arquitectura, escultura, pintura y artes decorativas, los
actuales pueblos latinoamericanos, desde los tiempos prehispánicos, se
preocuparon por hacer un arte ambiental que consiguiese comunicar un
efecto monumental. Tras la conquista española, esta tendencia se
minimizó, hasta que de nuevo se hizo incuestionable, especialmente a
partir de 1950.
Entre los ejemplos más espectaculares se hallan las universidades de
México y Caracas y la ciudad de Brasilia (la nueva capital de Brasil),
un primer símbolo del espíritu fidedigno del arte y arquitectura
contemporáneas en Latinoamérica. México emerge como centro del mundo
artístico latinoamericano en la primera mitad del siglo XX. Entre sus
múltiples expresiones artísticas merecen una mención especial los
muralistas Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros,
en una línea figurativa y didáctica que difunde una aseveración cultural
nacionalista y unas manifestaciones políticas revolucionarias.
Con posterioridad a 1945 los artistas se manifestaron más interesados
por los estilos de la vanguardia internacional que por un mantenimiento
de los estilos característicos de la nación, como muestra la obra
pionera del uruguayo Joaquín Torres García (Compolugarn symétrique
universelle en blanc et noir, 1931, Malba, Colección Costantini).
Numerosos artistas se sintieron atraídos por Nueva York o París, como
los venezolanos Marisol Escobar y Jesús Rafael Soto, destacado ejemplo
del arte cinético. La pintura y la escultura latinoamericanas del siglo
XX se han caracterizado por un continuo coloquio entre lo figurativo y
lo abstracto, lo nacional y lo internacional. En los últimos tiempos, el
arte latinoamericano ha conseguido una proyección internacional
espectacular, como exhiben los triunfos comerciales del mexicano Rufino
Tamayo, el chileno Roberto Matta Echaurren o el colombiano Fernando
Botero (Los viudos, 1968, Malba, Colección Costantini).
El artista chileno Roberto Matta es uno de los pintores más prominentes
de su país por sus contactos con los mundos artísticos parisino y
neoyorquino. Su obra suele incluirse dentro de la corriente surrealista,
aunque igualmente hizo incursiones en el arte abstracto.
Fuente original: Escuelapedia.com
Fuente original: Escuelapedia.com
A través de la
integración de arquitectura, escultura, pintura y artes decorativas, los
actuales pueblos latinoamericanos, desde los tiempos prehispánicos, se
preocuparon por hacer un arte ambiental que consiguiese comunicar un
efecto monumental. Tras la conquista española, esta tendencia se
minimizó, hasta que de nuevo se hizo incuestionable, especialmente a
partir de 1950.
Entre los ejemplos más espectaculares se hallan las universidades de
México y Caracas y la ciudad de Brasilia (la nueva capital de Brasil),
un primer símbolo del espíritu fidedigno del arte y arquitectura
contemporáneas en Latinoamérica. México emerge como centro del mundo
artístico latinoamericano en la primera mitad del siglo XX. Entre sus
múltiples expresiones artísticas merecen una mención especial los
muralistas Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros,
en una línea figurativa y didáctica que difunde una aseveración cultural
nacionalista y unas manifestaciones políticas revolucionarias.
Con posterioridad a 1945 los artistas se manifestaron más interesados
por los estilos de la vanguardia internacional que por un mantenimiento
de los estilos característicos de la nación, como muestra la obra
pionera del uruguayo Joaquín Torres García (Compolugarn symétrique
universelle en blanc et noir, 1931, Malba, Colección Costantini).
Numerosos artistas se sintieron atraídos por Nueva York o París, como
los venezolanos Marisol Escobar y Jesús Rafael Soto, destacado ejemplo
del arte cinético. La pintura y la escultura latinoamericanas del siglo
XX se han caracterizado por un continuo coloquio entre lo figurativo y
lo abstracto, lo nacional y lo internacional. En los últimos tiempos, el
arte latinoamericano ha conseguido una proyección internacional
espectacular, como exhiben los triunfos comerciales del mexicano Rufino
Tamayo, el chileno Roberto Matta Echaurren o el colombiano Fernando
Botero (Los viudos, 1968, Malba, Colección Costantini).
El artista chileno Roberto Matta es uno de los pintores más prominentes
de su país por sus contactos con los mundos artísticos parisino y
neoyorquino. Su obra suele incluirse dentro de la corriente surrealista,
aunque igualmente hizo incursiones en el arte abstracto.
Fuente original: Escuelapedia.com
Fuente original: Escuelapedia.com
Sin embargo, aunque es verdad que el arte latinoamericano impregna su sello, también es cierto que, cada vez de manera más global, en esta región también se mezclan características que se retoman de todos lados para crear nuevas tendencias que impactarán de manera más profunda en esta región que en cualquier otra. Te presentamos a algunos artistas latinoamericanos contemporáneos que en su disciplina rompen las barreras de lo establecido.
Gabriel Orozco, México

Margarita Dittborn, Chile

A77, Argentina

Los arquitectos Gustavo Diéguez y Lucas Gilardi tienen su estudio a77, en el que crean proyectos con sus propias manos con objetos de uso cotidiano y materiales reciclados. Se especializan en el desarrollo de trabajos de vivienda experimental y diseño. En sus proyectos yuxtaponen sus conocimientos en arte contemporáneo, urbanismo y arquitectura mediante la producción de dispositivos constructivos y dinámicas sociales.
A través de la
integración de arquitectura, escultura, pintura y artes decorativas, los
actuales pueblos latinoamericanos, desde los tiempos prehispánicos, se
preocuparon por hacer un arte ambiental que consiguiese comunicar un
efecto monumental. Tras la conquista española, esta tendencia se
minimizó, hasta que de nuevo se hizo incuestionable, especialmente a
partir de 1950.
Entre los ejemplos más espectaculares se hallan las unive
Fuente original: Escuelapedia.com
Fuente original: Escuelapedia.com
A través de la
integración de arquitectura, escultura, pintura y artes decorativas, los
actuales pueblos latinoamericanos, desde los tiempos prehispánicos, se
preocuparon por hacer un arte ambiental que consiguiese comunicar un
efecto monumental. Tras la conquista española, esta tendencia se
minimizó, hasta que de nuevo se hizo incuestionable, especialmente a
partir de 1950.
Fuente original: Escuelapedia.com
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A través de la
integración de arquitectura, escultura, pintura y artes decorativas, los
actuales pueblos latinoamericanos, desde los tiempos prehispánicos, se
preocuparon por hacer un arte ambiental que consiguiese comunicar un
efecto monumental. Tras la conquista española, esta tendencia se
minimizó, hasta que de nuevo se hizo incuestionable, especialmente a
partir de 1950.
Entre los ejemplos más espectaculares se hallan las universidades de
México y Caracas y la ciudad de Brasilia (la nueva capital de Brasil),
un primer símbolo del espíritu fidedigno del arte y arquitectura
contemporáneas en Latinoamérica. México emerge como centro del mundo
artístico latinoamericano en la primera mitad del siglo XX. Entre sus
múltiples expresiones artísticas merecen una mención especial los
muralistas Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros,
en una línea figurativa y didáctica que difunde una aseveración cultural
nacionalista y unas manifestaciones políticas revolucionarias.
Con posterioridad a 1945 los artistas se manifestaron más interesados
por los estilos de la vanguardia internacional que por un mantenimiento
de los estilos característicos de la nación, como muestra la obra
pionera del uruguayo Joaquín Torres García (Compolugarn symétrique
universelle en blanc et noir, 1931, Malba, Colección Costantini).
Numerosos artistas se sintieron atraídos por Nueva York o París, como
los venezolanos Marisol Escobar y Jesús Rafael Soto, destacado ejemplo
del arte cinético. La pintura y la escultura latinoamericanas del siglo
XX se han caracterizado por un continuo coloquio entre lo figurativo y
lo abstracto, lo nacional y lo internacional. En los últimos tiempos, el
arte latinoamericano ha conseguido una proyección internacional
espectacular, como exhiben los triunfos comerciales del mexicano Rufino
Tamayo, el chileno Roberto Matta Echaurren o el colombiano Fernando
Botero (Los viudos, 1968, Malba, Colección Costantini).
El artista chileno Roberto Matta es uno de los pintores más prominentes
de su país por sus contactos con los mundos artísticos parisino y
neoyorquino. Su obra suele incluirse dentro de la corriente surrealista,
aunque igualmente hizo incursiones en el arte abstracto.
Fuente original: Escuelapedia.com
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A través de la
integración de arquitectura, escultura, pintura y artes decorativas, los
actuales pueblos latinoamericanos, desde los tiempos prehispánicos, se
preocuparon por hacer un arte ambiental que consiguiese comunicar un
efecto monumental. Tras la conquista española, esta tendencia se
minimizó, hasta que de nuevo se hizo incuestionable, especialmente a
partir de 1950.
Entre los ejemplos más espectaculares se hallan las universidades de
México y Caracas y la ciudad de Brasilia (la nueva capital de Brasil),
un primer símbolo del espíritu fidedigno del arte y arquitectura
contemporáneas en Latinoamérica. México emerge como centro del mundo
artístico latinoamericano en la primera mitad del siglo XX. Entre sus
múltiples expresiones artísticas merecen una mención especial los
muralistas Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros,
en una línea figurativa y didáctica que difunde una aseveración cultural
nacionalista y unas manifestaciones políticas revolucionarias.
Con posterioridad a 1945 los artistas se manifestaron más interesados
por los estilos de la vanguardia internacional que por un mantenimiento
de los estilos característicos de la nación, como muestra la obra
pionera del uruguayo Joaquín Torres García (Compolugarn symétrique
universelle en blanc et noir, 1931, Malba, Colección Costantini).
Numerosos artistas se sintieron atraídos por Nueva York o París, como
los venezolanos Marisol Escobar y Jesús Rafael Soto, destacado ejemplo
del arte cinético. La pintura y la escultura latinoamericanas del siglo
XX se han caracterizado por un continuo coloquio entre lo figurativo y
lo abstracto, lo nacional y lo internacional. En los últimos tiempos, el
arte latinoamericano ha conseguido una proyección internacional
espectacular, como exhiben los triunfos comerciales del mexicano Rufino
Tamayo, el chileno Roberto Matta Echaurren o el colombiano Fernando
Botero (Los viudos, 1968, Malba, Colección Costantini).
El artista chileno Roberto Matta es uno de los pintores más prominentes
de su país por sus contactos con los mundos artísticos parisino y
neoyorquino. Su obra suele incluirse dentro de la corriente surrealista,
aunque igualmente hizo incursiones en el arte abstracto.
Fuente original: Escuelapedia.com
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través de la
integración de arquitectura, escultura, pintura y artes decorativas, los
actuales pueblos latinoamericanos, desde los tiempos prehispánicos, se
preocuparon por hacer un arte ambiental que consiguiese comunicar un
efecto monumental. Tras la conquista española, esta tendencia se
minimizó, hasta que de nuevo se hizo incuestionable, especialmente a
partir de 1950.
Entre los ejemplos más espectaculares se hallan las universidades de
México y Caracas y la ciudad de Brasilia (la nueva capital de Brasil),
un primer símbolo del espíritu fidedigno del arte y arquitectura
contemporáneas en Latinoamérica. México emerge como centro del mundo
artístico latinoamericano en la primera mitad del siglo XX. Entre sus
múltiples expresiones artísticas merecen una mención especial los
muralistas Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros,
en una línea figurativa y didáctica que difunde una aseveración cultural
nacionalista y unas manifestaciones políticas revolucionarias.
Con posterioridad a 1945 los artistas se manifestaron más interesados
por los estilos de la vanguardia internacional que por un mantenimiento
de los estilos característicos de la nación, como muestra la obra
pionera del uruguayo Joaquín Torres García (Compolugarn symétrique
universelle en blanc et noir, 1931, Malba, Colección Costantini).
Numerosos artistas se sintieron atraídos por Nueva York o París, como
los venezolanos Marisol Escobar y Jesús Rafael Soto, destacado ejemplo
del arte cinético. La pintura y la escultura latinoamericanas del siglo
XX se han caracterizado por un continuo coloquio entre lo figurativo y
lo abstracto, lo nacional y lo internacional. En los últimos tiempos, el
arte latinoamericano ha conseguido una proyección internacional
espectacular, como exhiben los triunfos comerciales del mexicano Rufino
Tamayo, el chileno Roberto Matta Echaurren o el colombiano Fernando
Botero (Los viudos, 1968, Malba, Colección Costantini).
El artista chileno Roberto Matta es uno de los pintores más prominentes
de su país por sus contactos con los mundos artísticos parisino y
neoyorquino. Su obra suele incluirse dentro de la corriente surrealista,
aunque igualmente hizo incursiones en el arte abstracto
Fuente original: Escuelapedia.com
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A través de la
integración de arquitectura, escultura, pintura y artes decorativas, los
actuales pueblos latinoamericanos, desde los tiempos prehispánicos, se
preocuparon por hacer un arte ambiental que consiguiese comunicar un
efecto monumental. Tras la conquista española, esta tendencia se
minimizó, hasta que de nuevo se hizo incuestionable, especialmente a
partir de 1950.
Entre los ejemplos más espectaculares se hallan las universidades de
México y Caracas y la ciudad de Brasilia (la nueva capital de Brasil),
un primer símbolo del espíritu fidedigno del arte y arquitectura
contemporáneas en Latinoamérica. México emerge como centro del mundo
artístico latinoamericano en la primera mitad del siglo XX. Entre sus
múltiples expresiones artísticas merecen una mención especial los
muralistas Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros,
en una línea figurativa y didáctica que difunde una aseveración cultural
nacionalista y unas manifestaciones políticas revolucionarias.
Con posterioridad a 1945 los artistas se manifestaron más interesados
por los estilos de la vanguardia internacional que por un mantenimiento
de los estilos característicos de la nación, como muestra la obra
pionera del uruguayo Joaquín Torres García (Compolugarn symétrique
universelle en blanc et noir, 1931, Malba, Colección Costantini).
Numerosos artistas se sintieron atraídos por Nueva York o París, como
los venezolanos Marisol Escobar y Jesús Rafael Soto, destacado ejemplo
del arte cinético. La pintura y la escultura latinoamericanas del siglo
XX se han caracterizado por un continuo coloquio entre lo figurativo y
lo abstracto, lo nacional y lo internacional. En los últimos tiempos, el
arte latinoamericano ha conseguido una proyección internacional
espectacular, como exhiben los triunfos comerciales del mexicano Rufino
Tamayo, el chileno Roberto Matta Echaurren o el colombiano Fernando
Botero (Los viudos, 1968, Malba, Colección Costantini).
El artista chileno Roberto Matta es uno de los pintores más prominentes
de su país por sus contactos con los mundos artísticos parisino y
neoyorquino. Su obra suele incluirse dentro de la corriente surrealista,
aunque igualmente hizo incursiones en el arte abstracto.
Fuente original: Escuelapedia.com
Fuente original: Escuelapedia.com
A través de la
integración de arquitectura, escultura, pintura y artes decorativas, los
actuales pueblos latinoamericanos, desde los tiempos prehispánicos, se
preocuparon por hacer un arte ambiental que consiguiese comunicar un
efecto monumental. Tras la conquista española, esta tendencia se
minimizó, hasta que de nuevo se hizo incuestionable, especialmente a
partir de 1950.
Entre los ejemplos más espectaculares se hallan las universidades de
México y Caracas y la ciudad de Brasilia (la nueva capital de Brasil),
un primer símbolo del espíritu fidedigno del arte y arquitectura
contemporáneas en Latinoamérica. México emerge como centro del mundo
artístico latinoamericano en la primera mitad del siglo XX. Entre sus
múltiples expresiones artísticas merecen una mención especial los
muralistas Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros,
en una línea figurativa y didáctica que difunde una aseveración cultural
nacionalista y unas manifestaciones políticas revolucionarias.
Con posterioridad a 1945 los artistas se manifestaron más interesados
por los estilos de la vanguardia internacional que por un mantenimiento
de los estilos característicos de la nación, como muestra la obra
pionera del uruguayo Joaquín Torres García (Compolugarn symétrique
universelle en blanc et noir, 1931, Malba, Colección Costantini).
Numerosos artistas se sintieron atraídos por Nueva York o París, como
los venezolanos Marisol Escobar y Jesús Rafael Soto, destacado ejemplo
del arte cinético. La pintura y la escultura latinoamericanas del siglo
XX se han caracterizado por un continuo coloquio entre lo figurativo y
lo abstracto, lo nacional y lo internacional. En los últimos tiempos, el
arte latinoamericano ha conseguido una proyección internacional
espectacular, como exhiben los triunfos comerciales del mexicano Rufino
Tamayo, el chileno Roberto Matta Echaurren o el colombiano Fernando
Botero (Los viudos, 1968, Malba, Colección Costantini).
El artista chileno Roberto Matta es uno de los pintores más prominentes
de su país por sus contactos con los mundos artísticos parisino y
neoyorquino. Su obra suele incluirse dentro de la corriente surrealista,
aunque igualmente hizo incursiones en el arte abstracto.
Fuente original: Escuelapedia.com
Fuente original: Escuelapedia.com
Grandes exponentes del arte latinoamericano en el último siglo!
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